La guardería dispone de un gabinete de psicología donde se trabajan los problemas que puedan surgir en niños de 0 a 18 años
Entendemos el desarrollo psicológico como un “proceso de organización progresiva y de complejización creciente del psiquismo, que comienza a estructurarse desde el nacimiento y es estudiado a través de manifestaciones múltiples referidas a la psicomotricidad, la inteligencia, el lenguaje, los intercambios sociales, etc.”
Trabajamos tanto en el desarrollo evolutivo de los niños y adolescentes, como en la superación de probemas y conflictos que se plantean. Consideramos importante no sólo intervenir de manera individual y personalizada con cada uno de los niños, sino que trabajamos codo con codo con los padres ofreciendoles el asesoramiento oportuno para que puedan afrontar ciertas situaciones de la vida diaria de manera efectiva.
Evaluación psicológica
Es el primer paso que debemos realizar ante cualquier tipo de problema que se nos plantee. Para ello, recogemos y analizamos toda la información acerca del niño, el entorno, el problema que se plantea, y todos los factores que intervienen en el proceso evolutivo del niño. Con ello, realizamos posteriormente el proceso de intervención adaptado a las necesidades de cada niño.
Para llevar a cabo este proceso, utilizamos diversas técnicas:
- Observación: directa e indirecta
- Entrevistas: con el niño y con los padres
- Registros de conducta
Intervención
Las técnicas de intervención psicológica comprenden un conjunto heterogéneo de métodos y sistemas estructurados. Su finalidad es conseguir los objetivos marcados en el tratamiento y como fin último la superación del problema motivo de intervención psicológica.
Para la prevención y la intervención en miedos, inseguridades y problemas de ansiedad presentes durante la infancia, empleamos unas técnicas novedosas y muy efectivas, con las que se utilizan unos muñecos que sirven de apoyo emocional al niño.
Seguimiento
Realizamos un proceso de seguimiento para valorar la continuidad del desarrollo del niño en sentido positivo.
Un desarrollo inicial sano no asegura la continuidad del mismo, son numerosas las variables que pueden incidir y desviar a un sujeto sano de nacimiento. El desarrollo en las primeras edades se produce de forma muy rápida por lo que es conveniente establecer un calendario de visitas que permita controlar la aparición de las conductas esperadas en estas edades. Durante el primer año de vida se producen numerosos cambios evolutivos en poco tiempo, esto supone que el número de visitas deberá corresponderse con los momentos en los que se espera se vayan a producir logros significativos. En el segundo año de vida el desarrollo se lentifica y los períodos de tiempo en los que se producen logros significativos son más amplios.
Por ello, nuestra labor no acaba en realizar una evaluación y con ello una posterior intervención, sino que realizamos un seguimiento del niño incluso aunque no se haya detectado ningún problema en el momento de la evaluación.